Ser piloto de la más importante escuderia, tener el aprecio de los tifosis, el acoso de la prensa y la confianza de Enzo Ferrari, mas la responsabilidad de volver a poner a Ferrari en lo más alto, no parecían alterar el carácter tímido de Michele y estaba motivado para conseguir el título con Ferrari.
1985 parecía ser la ocasión, Ferrari había desafectado a René Arnoux luego del GP de Brasil en favor del sueco Stefan Johansson. Michele logró victorias en Canadá y Alemania y podios en Brasil, Portugal, Mónaco, Estados Unidos, Gran Bretaña y Austria. Llegando así al GP de Italia a sólo tres puntos de Prost, líder del campeonato. Sin embargo el resto de las carreras faltantes sólo registró abandonos y la esperanza del título se esfumo en ellos. Quedó a 20 puntos de Prost y Ferrari también perdió el campeonato de constructores a manos de McLaren.
Fue su momento y tal vez no habría otro, pensaba Alboreto. 1986 no sería igual, media temporada de abandonos con un segundo puesto en Austria como mejor resultado. 1987 traería otro año mediocre para alguien que aspira al campeonato, sólo tres podios, Ferrari parecía haberse estancado y Alboreto con ellos.
Gerhard Berger había sido contratado por Ferrari y eclipsaba a Michele obteniendo los únicos triunfos para la Scuderia y con ellos mayor atención dentro del equipo. 1988 fue la última temporada bajo el amparo de la casa italiana siendo quinto en el campeonato.
Entonces surgió la posibilidad de ir a Williams en reemplazo de Nigel Mansell, se reunió con la gente del equipo británico en la tarde del sábado durante el Gran Premio de Alemania de 1988, llegando a un acuerdo de palabra, pero Williams prefirió más tarde al belga Thierry Boutsen.
De pronto se encontró sin equipo y volver a Tyrrell parecía como la única opción. Lejos de tener un buen coche, pudo obtener un podio en México, pero su retorno al equipo que lo cobijó en sus inicios terminó después de seis participaciones y una desgastada relación con Ken Tyrrell.
Camel había firmado un acuerdo de patrocinio con Tyrrell y pondría al joven Jean Alesi en el lugar de Alboreto. Alesi venía con el apoyo de Camel desde la F-3000 y Michele contaba con Marlboro como espónsor. Y aunque parezca contradictorio volvería a pilotar pronto para el equipo Larrousse con los colores de Camel luego de que Marlboro le retirara su patrocinio. Sin embargo con su nuevo equipo no mostró nada mejor que aquel podio logrado antes en México.
Michele se resistía a dejar la Fórmula Uno, para 1990 ancló en el equipo Footwork, en el que permaneció por tres regulares temporadas. Durante 1991 finalizó sólo el GP de Portugal. 1992 mejoró algo, doce veces terminó dentro de los 10 primeros puestos en carrera y sólo abandonó en una oportunidad, además de conseguir 4 puestos puntuables.
En este período realizó una prueba con Benetton, pero firmaría con la BMS Scuderia Italia para conducir un Lola en 1993 y con Minardi en 1994, lo que sería el final de su periplo por la Fórmula Uno, un sexto lugar en Mónaco le dió su último punto agregado a su palmarés. Asi dejó la categoría que ambicionó desde su niñez, la que ya dejaba de ser lo que era cuando él inició su carrera. "Hay un exceso de medios de comunicación, demasiados patrocinadores, demasiado dinero, demasiada gente involucrada.", reflexionaba Michele.
Y ese ambiente de antaño lo encontró en la Indy donde participó en 1996 con 39 años de edad, luego de un breve paso por los coches DTM de turismo alemán. En los óvalos volvió a encontrar el espíritu competitivo de cada carrera, ese que aflora cuando el piloto se calza su casco y sólo quiere ganar.
Y así lo haría en las clásicas 24 horas de Le Mans en 1997, donde obtuvo el triunfo a bordo de un Porsche acompañado de Stefan Johannson y Tom Kristensen. Otro de los sueños que atesoraba desde que había visto a Steve McQueen ganar la famosa competencia en la clásica película.
Sus últimos años de piloto los desarrolló con en el equipo Audi de la AMLS ganando las 12 Horas de Sebring en 2001 junto a Capello y Aiello, la que sería su última victoria.
Quería ganar nuevamente Le Mans y se preparaba para ello. Aquel 25 de abril del 2001 en el circuito alemán de Lausitzring, Alboreto realizaba pruebas a bordo del Audi R8 cuando el coche se desvío bruscamente de su trayectoria a más de 300 k/h, dio varias vueltas de campana y se estrelló contra las protecciones causando la muerte instantánea del piloto italiano.
La causa del accidente no fue localizada con seguridad, el coche fue retenido por las autoridades alemanas y tras las pericias se determinó que un pinchazo fue el factor que originó la tragedia.
Michele Alboreto era un tipo afable, cordial y querido por sus pares, lejos del perfil de piloto estrella, y disfrutaba del conducir coches de competición, así como de las motocicletas . Dejó a su esposa Nadia y sus dos pequeñas hijas de 13 y 10 años.
Alain Prost declaró tras la muerte de Alboreto: "Yo lo consideraba un caballero dentro y fuera de la pista. Lo vamos a echar de menos, con él se va una parte de mi carrera y de mi vida."
Alboreto había sido el último italiano en subir al podio en el GP de Italia. A cuatro años de su muerte, Giancarlo Fisichella volvía a poner la bandera italiana en un podio de F-1, dedicándoselo a Michele, "Yo tuve la suerte de correr junto a él en turismos, y fue una gran persona, realmente especial. Quiero dedicar el resultado a su memoria."
W.Araya C.
Fotos: Deporte Total, La Tercera y Archivo Museo F-1 GP.
Que beleza, wladimir!
ResponderEliminarParabéns!
Beijo.
Obrigado. :)
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